Ayer me llamó un potencial cliente
para insultarme.
La conversación fue más o menos así:
Señor J: ¡Hola, Antonio! Me encantan tus emails
y me gustaría contrataros para ayudarme
a impulsar mi despacho.
(El Señor J es abogado).
Yo: ¡Ah, fantástico! Pues vamos a fijar una fecha
para hacer una videollam…
Señor J (interrumpiendo): Sí, sí.
De eso quería hablarte porque he visto
que ahora ofrecéis una consultoría de SEO local
y quería proponerte hacerla.
Y si luego vemos que la cosa funciona
ya planteamos un proyecto
para que nos llevéis directamente el SEO local.
Yo: Ok. Pues te voy a enviar un email
pidiéndote varios datos necesarios
para empezar el trabajo,
un par de fechas alternativas para la videollamada
y el número de cuenta para la transferencia.
Señor J: Bueno, sí, pero lo que yo te propongo
es hacer la consultoría sin coste
y si luego va bien
no tengo problema en plantear un proyecto
de 3, 4 o 5000 euros.
El dinero no es problema.
Pausa.
Tomo aire.
Mucho aire.
Luego más aire.
Y le digo:
Yo: Señor J, imagínate por un momento
que tienes un Restaurante
y yo voy a cenar,
como opíparamente
y a la hora de pagar te digo:
“No, mira, ahora mejor me voy a casa,
veo qué tal hago la digestión
y si mañana me levanto
y en el baño va todo bien,
no te preocupes,
que otro día vengo a cenar
con un montón de amigos”.
Señor J: ¡No, hombre, Antonio,
no me compares, no es lo mismo!
Tú sabes tan bien como yo
que una consultoría gratuita
es una buena forma de generar confianza.
Yo mismo ofrezco
una primera consulta sin coste
a mis clientes.
Piensa que si la cosa va bien
te contrataré un proyecto por mucho dinero.
Yo: Señor J, vamos a auditar tu presencia digital,
señalar los errores que estás cometiendo
y descubrirte los puntos de mejora
que tú mismo podrás implementar.
¿Me estás racaneando unos miserables euros
por una consultoría que te traerá mucho más dinero
que el que vas a pagar?
Mira,
has visto nuestra web,
has leído mis emails
y parece que todo te encaja.
Si aún así tienes alguna duda sobre nosotros
es muy fácil:
no nos contrates.
Y le colgué.
Y luego le borré de la lista de suscriptores.
Porque me insultó.
Porque despreció el tiempo,
el conocimiento
y la energía de mi empresa.
Porque… “El dinero es el símbolo de la energía
en movimiento de los seres humanos,
la abstracción del trabajo físico y mental.
Por tanto, es sagrado”.
Un profesional liberal,
como el Señor J o como yo,
jamás se debe vender gratis.
Jamás.
Porque eso no es vender.
Eso es devaluarte como profesional,
destruirte como marca
y humillarte como persona.
¿Perdí 3, 4 o 5000 euros?
No lo creo.
Si el Señor J ofrece consultorías gratis
no tiene ese dinero ni de coña.
¿Qué clase de clientes atraerá
con una propuesta de valor como ésa?
Reclamo barato = cliente barato
¿Algún cliente bueno, serio, educado,
de los que paga bien y valora tu trabajo
contemplaría ir a un médico, arquitecto o abogado
que no cobra por sus servicios?
Imposible.
Porque lo que no cuesta nada
no vale nada.
Así de simple.
Pero espera.
Porque aún te digo más para quedarme a gusto:
aunque el Señor J realmente tuviese ese dinero
jamás aceptaría a alguien así como cliente.
Dicho esto, ya sabes:
Consultoría no-gratuita de SEO local
Atentamente,
Antonio Crespo
Líder Local