O no.
Ahora lo veremos.
Mira.
¿Te imaginas a Coca Cola diciendo lo siguiente?:
En Coca Cola aportamos soluciones integrales
para incrementar tus niveles de glucosa.
Nuestra compañía,
con casi 130 años de presencia en el mercado,
está formada por un equipo multidisciplinar
con amplia experiencia en el sector de las bebidas.
Nuestra firme vocación de servicio
y nuestra larga trayectoria a nivel nacional e internacional
nos avalan
y nos permiten ofrecer soluciones eficaces,
especializadas
y siempre adaptadas a las necesidades y niveles de azúcar
de nuestros clientes.
En Coca cola bla, bla, bla…
Bostezo, bostezo, bostezo.
Me aburro.
Dime algo que no sepa.
Bien.
En serio.
¿Qué opinas?
En serio.
Olvídate de la hipérbole humorística
(sólo es para darle énfasis al asunto)
y dime qué opinas.
Mándame un email si quieres
y dime…
¿Cuánto vendería Coca cola si se comunicase así
contigo,
conmigo,
con cualquiera?
¿Sería lo que es hoy?
Entonces,
¿por qué muchos hablan así
cuando hablan de su negocio?
¿Por qué hablan como un robot?
¿Por qué dicen las cosas que dicen todos
y que precisamente por eso no dicen nada?
“Somos un equipo multidisciplinar con una firme vocación de servicio…”
“La mejor calidad al mejor precio…”
“Aportamos todo tipo de soluciones adaptadas a tus necesidades…”
¿Se puede ser más previsible y menos vendedor?
Seguro que has visto frases como ésas un millón de veces.
Son más que un copia y pega.
Son el mantra que recitan miles de empresas.
Mira.
Sin diferenciación no hay marca.
Y si no eres una marca compites por precio.
Por bajo precio.
Lo escuché hace tiempo
y se me quedó tatuado a fuego en la memoria:
«La calidad de tu comunicación determina la cantidad de tu riqueza».
Por ejemplo,
fíjate en los bancos.
Todos venden lo mismo.
¿Qué hace la diferencia entre unos y otros?
La forma de venderlo.
Hoy en día
el «cómo» lo vendo
es más importante que el «qué» vendo
porque la calidad ya es un requisito mínimo
en cualquier mercado.
Y ahora yo te pregunto:
¿cómo llegas a tus clientes?
¿cómo les hablas?
¿cómo te relacionas con ellos?
¿cómo los escuchas?
¿cómo les vendes?
Ahora están en internet.
En realidad,
hace tiempo que están en internet.
Y te están buscando.
Si quieres llegar hasta ellos,
hablarles de tú a tú,
relacionarte con ellos,
escucharles
y finalmente… venderles
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Atentamente,
Antonio Crespo
Líder Local
PD: Envío emails como éste muy a menudo. Escribo para empresarios, directivos y emprendedores con ganas de alimentar su cerebro con ideas que no huelan a rancio.
Un detalle con importancia: en mis correos te cuento cosas muy útiles para tu empresa… pero también para la mía porque en todos ellos -sin excepción- intento venderte nuestro servicio.
Si tienes miedo de que lo consiga puedes darte de baja cuando quieras con un solo un clic. No sufras por mí, que yo ni me entero.
PD2: Por cierto, si te ha gustado este email reenvíaselo a un amigo con inquietudes similares a las tuyas.
Y si no te ha gustado, pueeeees… reenvíaselo a un enemigo.
Pero reenvía.
¿Qué es la vida sino un continuo reenvío de energía?
