A ver…
Puede que me equivoque contigo.
Pero lo más probable es que no.
Es sólo una cuestión de estadística.
Porque por simple estadística
lo más probable es que tu web
no sea nada vendedora.
Podría darte mil motivos
pero en este email
sólo te contaré uno de los más divertidos.
Mira.
Si en tu web utilizas las palabras
“somos”, “tenemos” y “ofrecemos”
me atrevo a decir
que has espantado a más clientes
de los que has atraído.
¿Por qué?
Pues porque estos verbos,
en la mayoría de las ocasiones,
te llevan a lanzar “mensajes invisibles”,
mensajes que sí,
que has puesto,
que están,
pero que tus potenciales clientes no ven.
Y no los ven
por una sencilla razón:
porque son mensajes que no les interesan,
que no comprenden sus inquietudes,
que no responden a las preguntas
que ellos te harían
en una conversación normal.
Por ejemplo:
“Somos un equipo multidisciplinar”.
Vale.
Imagínate la siguiente llamada telefónica:
- ¡Hola! ¿Es el despacho de abogados X?
- Sí, aquí es.
- Sí, llamaba por un asunto de divorcio.
Quiero divorciarme de mi marido. - Entiendo. Pues cuénteme
y le diré cómo podemos ayudarla. - Muy amable, muchas gracias, pero antes quería haceros una pregunta.
- Sí, ¿cómo no? Pregunte.
- Mira. ¿Sois un equipo multidisciplinar?
- Sí, claro, multidisciplinarísimo.
- Genial, es justo lo que buscaba. ¡Contratados!
Hay millones de mensajes invisibles por la red.
Otro ejemplo elocuente:
“Tenemos soluciones integrales”.
- ¡Hola! ¿Es la Asesoría de Empresas X?
- Sí, aquí es.
- ¿Y qué tipo de soluciones dais?
- Integrales, señora.
Soluciones más integrales que el arroz de herbolario
o los cereales del desayuno. - Ah… Entonces nada
porque lo que yo quiero
es un cuarto de solución
o, como mucho,
cuarto y mitad.
Un último ejemplo y ya te dejo.
“Ofrecemos un trato cercano y personalizado”.
- ¡Hola! Llamaba porque quiero ponerme ortodoncia
y quería saber si en vuestra clínica ofrecéis
un trato lejano y despersonalizado.
Podría seguir y seguir
con frases hechas que no dicen nada:
servicios profesionales,
productos de calidad,
dilatada experiencia,
orientado al cliente,
bla, bla, bla.
Bien.
Tú sabes que a tu cliente no le importa nada de eso.
A tu cliente sólo le importa su vida.
Y tú, ¿qué puedes hacer por él?
Porque todos vendemos lo mismo:
transformación.
¿Cómo transformas tú la vida de tu cliente?
¿Cómo haces que su vida sea mejor?
Pues eso es lo que tu cliente quiere oír,
leer
y, mejor aún,
sentir.
¿Eres capaz de hacérselo sentir?
Porque luego muchos dicen:
“No, es que a mí los clientes
me vienen por el boca a boca.”
¡Hombre, claro!
No me extraña que sólo puedas contar
con esa fuente de clientes
porque por tu aburrida web
repleta de mensajes invisibles,
¿quién te va a venir?
Mira.
Una idea que si la tienes clara
te hartarás de pescar clientes en internet:
La web no es para ti.
Es para tu cliente.
Listo por hoy.
¡Ah, no! Una cosa más:
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Atentamente,
Antonio Crespo
Líder Local